AUTOSABOTAJE

Por. Mtra. Alenka Ruiz

Antes de comenzar con algunas explicaciones importantes sobre el autosabotaje, quiero dar a conocer la palabra directamente.

Sabotaje: Daño o destrucción que se hace intencionadamente en un servicio, una instalación, un proceso, etc., como forma de lucha o protesta contra el organismo que los dirige o bien como método para beneficiar a una persona o grupo que es contrario a dicho organismo. (RAE, 2020).

El autosabotaje en general es un boicot a nivel personal que termina con todo aquello que hemos querido o que vamos logrando. Es importante hacer énfasis que no es un proceso cognitivo, lógico, racional o solo conductual, de hecho, tiene su principal relevancia en la vida emocional de las personas. Este actúa como un mecanismo para defendernos y sí nos vivimos defensivos entonces, su disparador es la emoción de “miedo” y se expresa en su necesidad de protegernos. Podríamos cuestionar ¿de qué me estoy protegiendo? Nos protegemos del cambio, de lo desconocido, de la adaptación, de los peligros potenciales, de la perdida, del dolor y de dejar de ser quien éramos para ser quien somos y podemos ser. Aquí, es donde entra otra emoción importante: la tristeza. Una de las grandes funciones de la tristeza es reconocer la pérdida, cerrar el ciclo, atendernos y nos ayuda a alejarnos. Todas las emociones están al servicio de la sobrevivencia y si, el miedo y la tristeza convergen, estaremos percibiendo peligro y pérdida, por lo tanto, tenderemos a alejarnos y protegernos de aquello que es nuevo y aún no sabemos manejar.

En general el autosabotaje es parte de la forma que aprendimos a gestionar nuestras emociones ante el cambio, la decisión y lo nuevo. Es un aprendizaje inconsciente y emocional. Si tu miras la historia de tu vida, ¿Cómo recuerdas que te enseñaron a decidir, a hacer cambios, a incorporar nuevas cosas? ¿obligándote, metiéndote dudas, exigiendo que tomes tu mejor decisión, haciéndote creer que perderías todo lo anterior y que las oportunidades solo se dan una vez en la vida? Entonces desde aquí, es parte de tu comodidad emocional, es lo conocido para ti y tenderás a llevarlo a este lugar una y otra vez. Porque aprendiste a que lo nuevo, lo que quieres, lo que anhelas y lo que cambia, podría ser riesgoso y significa la desaparición de lo pasado.

Todas estas señales, creencias y huellas que habitan en la historia de las personas aparecen de forma inesperada, adquiriendo el control sobre la persona y sus conductas e interfiriendo en los proyectos y posibilidades de crecimiento y evolución. Es una manifestación de los aspectos que no conseguimos aceptar de nosotros mismos, todas aquellas creencias basadas en suposiciones, control y que, a lo largo plazo, a fuerza de no ser confrontadas, ganan poder y nos van alejando de lo que deseamos y desde aquí la frustración, el enojo, la impotencia, la desesperación toman el mando y se convierten en profecías auto cumplidas.

Ahora bien, reconozcamos a los grandes aliados “bien intencionados” del autosabotaje: la idea de que ganar es lo importante, la evitación del dolor, la no aceptación de las emociones propias y de los demás, querer resultados rápidos, pensar que podemos controlar las situaciones, el pensamiento mágico de “todo está bien”, la super-productividad, el sentirnos intuitivos pero con desconfianza, solo querer tomar buenas decisiones, pensarnos completamente independientes y no contar con otros, el juicio y prejuicio, la sensación de que aquello que se deja es mejor que lo que nos espera, los hubiera y los dichos como: piensa mal y acertaras, espera lo peor, etc. Ideas basadas en perder y riesgo. 

La finalidad del sabotaje no es el enemigo, de hecho, quiere protegernos, pero su lectura de lo que percibe peligroso, es lo que no sabe descifrar y solo tiene un filtro: riesgo. Una de las estrategias para aproximarnos a afrontarlo primero es la aceptación de que nos hacemos esto, conocernos y conocer a nuestro saboteador interno, adquirir nuevas posibilidades de respuesta para nuestro crecimiento, pedir apoyo, afrontar los desafíos de vivirnos diferente a lo que conocíamos, atrevernos al error y equivocación, darnos permiso de tomar decisiones no acertadas, sentirnos capaces de lidiar con la vida y sus vicisitudes, cuestionar nuestros pensamientos y creencias catastróficas.

Acerquémonos un poco a tu saboteador, cuestiónate y responde ¿En qué áreas de tu vida te has caído y te diste cuenta que el pie te lo metiste tú mismo? ¿De qué piensas que te libra el sabotaje? ¿Qué piensas que controlas cuando evitas triunfar o lograr algo? ¿Con qué necesidad mayor te conecta el pensar que te estas protegiendo?

Te invito a auto-observarte, ejercitar el “como sí” harás que pase lo que anhelas, ser honesta/o contigo mismo y decirte tu propia verdad de que deseamos lograr, tomar valor para aprender a construirnos y reeducarnos de manera más amable: autocompasión, autoestima, autocontrol y autovaloración, son los generadores de nuevas formas de vivirnos.