Alcoholismo
El alcoholismo o la dependencia del alcohol es una enfermedad que se puede diagnosticar, y que se caracteriza por un deseo fuerte por el alcohol y su uso continuo a pesar de las consecuencias nocivas para la persona. El abuso del alcohol, que puede llevar al alcoholismo, es un patrón de consumo que resulta en un deterioro de la salud, de las relaciones interpersonales o de la capacidad de trabajar.
El alcoholismo afecta de manera paulatina y progresiva las diferentes áreas de la vida de la persona dependiente, al deteriorar significativamente sus relaciones familiares, capacidades laborales, autoestima, y capacidades físicas y mentales.
La dependencia por alcohol requiere en la mayoría de los casos un apoyo de profesionales de la salud mental para poder ayudar a la personas a hacer las modificaciones requeridas para poder suspender su consumo de alcohol y las conductas patológicas asociadas a este consumo, además de apoyarlo en las modificaciones necesarias en su estilo de vida para poder mantener su abstinencia.
Una vez que la persona desarrolla una dependencia al alcohol o alcoholismo, puede desarrollar:
Ansias elevadas (o craving) por consumir alcohol; tolerancia, que es la necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto deseado, además de tener cada vez menores efectos a pesar de consumir la misma cantidad de alcohol; y la abstinencia por alcohol, que puede incluir depresión, fatiga, ansiedad, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, palidez, sudoración y en su sintomatología más grave presentar delirium tremens con fiebre, convulsiones y alucinaciones. El síndrome de abstinencia alcohólico tiene el potencial de provocar la muerte de la persona.
La adicción al alcohol no radica en una sola causa sino que es el resultado de factores genéticos, familiares y sociales, por lo cual en su rehabilitación es indispensable contar con un equipo multidisciplinario que atienda todos los aspectos de la vida del paciente, potencializando los factores que protegen a la persona y disminuyendo los que lo dañan o lo exponen.
El alcohol etílico o etanol es un ingrediente tóxico que se encuentra en la cerveza, el vino y el licor. Es un depresor del sistema nervioso central que se absorbe rápidamente en el estómago y el intestino delgado llegando al torrente sanguíneo.
El alcohol afecta a todos los órganos del cuerpo del bebedor y puede dañar al feto en desarrollo. La intoxicación puede dañar la función cerebral y las habilidades motoras; el uso intenso puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, ataques al cerebro y enfermedades del hígado, problemas de memoria, de concentración y problemas respiratorios, además de un mayor riesgo de tener conductas de riesgo como manejar alcoholizado, suicidio, conductas violentas y actos criminales como robo u homicidio.
El alcohol es la droga con el consumo más elevado en México. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, el abuso/dependencia de alcohol a nivel nacional es del 5.5% de la población total del país, En México, al año hay 24 mil muertos en accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de alcohol.
La negación del problema de alcoholismo es un síntoma común, por lo cual es fundamental que los familiares apoyen y ayuden a que la personas con dependencia al alcohol reciban la ayuda profesional que requieren.
En Punto de Partida somos una clínica privada que cuenta con un equipo profesional formado por una área médica, encargada en la primera etapa del tratamiento de implementar un protocolo de desintoxicación y deshabituación personalizado que ayuda a que el paciente atraviese por este proceso de forma segura. Se realiza también un diagnóstico del daño físico y del grado de consumo.
Posteriormente, en la segunda etapa el área terapéutica, conformada por terapeutas profesionales especializados en diferentes áreas de la psicología (sistémica, psicodinámica, Gestalt, cognitiva) ayudarán a la persona a reflexionar y desarrollar una conciencia de la enfermedad que padece, además de fortalecer sus habilidades personales, tanto mentales como emocionales, para que pueda adquirir un estilo de vida que le permita mantener su abstinencia y mejorar su calidad de vida.
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