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UN ADICTO, ¿NACE O SE HACE?

Esta es, probablemente, una de las preguntas más comunes que observamos alrededor de la adicción. Muchas personas aseguran haber nacido con el problema porque se sintieron enganchados desde los primeros consumos, mientras que otras fueron desarrollando la dependencia de forma gradual. - Alejandro García Araneda

Un adicto, ¿Nace o se hace?

Por Alejandro García Araneda

Esta es, probablemente, una de las preguntas más comunes que observamos alrededor de la adicción. Muchas personas aseguran haber nacido con el problema porque se sintieron enganchados desde los primeros consumos, mientras que otras fueron desarrollando la dependencia de forma gradual.

Lo cierto es que nuestros cerebros están diseñados para repetir acciones que le garanticen la supervivencia, por medio de las acciones, que infieran en los reforzadores positivos. Por ejemplo; cuando uno nace y te acercan al pecho de la mamá y se prueba el alimento por primera vez, el cerebro siente placer por medio de una sustancia que se llamada dopamina, esto, se siente bien y te invita a realizarlo nuevamente. Las sustancias adictivas, producen grandes cantidades de dopamina, por lo que el consumo se convierte rápidamente en un satisfactor.

Pero ¿Por qué si el cerebro de todos los seres humanos funciona así, no todos los seres humanos son adictos? Por que no todos tenemos las mismas vulnerabilidades, ni la predisposición a desarrollar la enfermedad, influyen factores genéticos, sociales, biológicos etc. Lo cierto es, que nadie se vuelve adicto, por alto que sea el grado de adictabildad de una sustancia, en una sola ingesta.

Considero, que la mejor forma de observar la vulnerabilidad de una persona hacía el desarrollo de la adicción, se encuentra en la observación de la forma de pensar de las personas que ya han desarrollado el problema. Esta información surge de la investigación del Dr: Abraham J. Twerski.

El Dr. Abraham J. Twerski en su libro “Pensamiento Adictivo,” ha observado los aspectos críticos del pensamiento que predomina en las personas que padecen algún tipo de adicción, ya sea al alcohol o algún otro tipo de droga. Hace referencia al tipo de pensamientos distorsionados y anormales que complican su capacidad de adaptación a la sociedad y habilidad para disfrutar de la vida plenamente.

Dichas características mentales han estado presentes en el individuo antes de consumir alguna sustancia, durante el periodo de consumo y aun después de haberlo dejado de hacer.

Si bien, otras personas afectadas con problemas emocionales y de adaptación pueden tener también características mentales semejantes, sin embargo, los adictos tienen una pronunciada tendencia de pensar distorsionada, incluso que guarda similitudes con los síntomas esquizofrénicos, como lo son:

  • Delirios
  • Alucinaciones
  • Estados de humor inapropiados
  • Conducta muy anormal

A continuación, les compartiré algunas de las características de estas formas de pensamiento. Lo que es importante asumir es que estas formas de pensamiento suelen ser increíblemente sutiles.

  1.  Pensamiento polarizado o dicotómico (todo o nada) – Interpretar los eventos y personas en términos absolutos, sin tener en cuenta los grados intermedios, evidenciado en el uso de términos como «siempre», «nunca», «todos», cuando su uso no está justificado por los acontecimientos propiamente. (Véase Falso dilema)
  2.  Sobregeneralización – Tomar casos aislados y generalizar una conclusión válida para todo. (Véase Generalización apresurada)
  3.  Abstracción selectiva o Filtro mental – Enfocarse exclusivamente en ciertos aspectos, usualmente negativos y perturbantes, de un evento, hecho, circunstancia o persona con exclusión de otras características.
  4.  Descalificar lo positivo – Continuamente desconsiderar experiencias positivas, por razones arbitrarias.
  5.  Sacar conclusiones precipitadas – Asumir algo negativo cuando no hay apoyo empírico para ello (Véase Relación espuria). Dos subtipos han sido identificados:
  • Lectura de pensamiento – Presuponer o adivinar las intenciones, actitudes o pensamientos de otros.
  • Adivinación – Predecir o «profetizar» el resultado de eventos antes de que sucedan.
  1.  Proyección – proyectar en el otro pensamientos, sentimientos que no son aceptados como propios porque generan angustia o ansiedad.
  2.  Magnificación y Minimización – Subestimar y sobreestimar la manera de ser de eventos o personas.

 Los subtipos identificados son:

  • Catastrofización o Visión catastrófica – Imaginar, especular y rumiar el peor resultado posible, sin importar lo improbable de su ocurrencia, o pensar que la situación es insoportable o imposible de tolerar, cuando en realidad es incómoda (o muy incómoda) o inconveniente (esto se relaciona con la baja tolerancia a la frustración, cuya importancia psicopatológica ha sido ampliamente investigada por Albert Ellis).
  • Negación: tendencia a negar problemas, debilidades o errores; es la distorsión opuesta al catastrofismo.
  • Negativismo: se magnifican los sucesos o aspectos negativos, y son obviados o desvalorizados los positivos; es una forma de abstracción selectiva; es característico del negativismo la realización de presagios catastrofistas.
  1.  Razonamiento emocional – Formular argumentos basados en cómo se «siente» en lugar de la realidad objetiva
  2.  Debeísmo o «Deberías» – Concentrarse en lo que uno piensa que «debería» ser en lugar ver las cosas como son, y tener reglas rígidas que se piensa que deberían aplicarse sin importar el contexto situacional (Véase Pensamiento deseado). Las exigencias se extienden a sí mismo, a los otros o a la vida en general.
  3.  Etiquetado – Relacionada con la sobregeneralización, consiste en asignar etiquetas globales a algo o alguien en vez de describir la conducta observada objetivamente. La etiqueta asignada por lo común es en términos absolutos, inalterables o bien con fuertes connotaciones prejuiciosas.
  4.  Personalización (psicología) – También conocida como falsa atribución, consiste en asumir que uno mismo u otros han causado cosas directamente, cuando muy posiblemente no haya sido el caso en realidad. Cuando se aplica a uno mismo puede producir ansiedad y culpa, y aplicado a otros produce enojo exacerbado y ansiedad de persecución.
  5.  Culpabilidad: culpabilizar a los demás de los problemas propios, o por el contrario culparse a sí mismo de los problemas ajenos (complejo de mártir).
  6.  Sesgo confirmatorio: tendencia a sesgar la realidad, tanto en percepción como en valoración, para que encajen con ideas preconcebidas.
  7.  Falacias:
  • Falacia de control: presuponer que se tiene que tener un control y una responsabilidad excesiva sobre lo que ocurre a su alrededor, con cierto sentimiento de omnipotencia; o por el contrario puede verse como incompetente e impotente en grado extremo para manejar los propios problemas, o sentirse externamente controlada por otros o por las circunstancias.
  • Falacia de justicia: enjuiciar como injusto aquello no coincidente con los deseos, necesidades, creencias y expectativas personales. Consiste en una visión de la vida con normas y criterios estrictos donde otras opiniones o alternativas se descartan. Hans Kelsen decía: «La Justicia es un mero ideal irracional».
  • Falacia de cambio: presuponer que la felicidad de uno depende exclusivamente de los actos y conductas de los demás o de las circunstancias externas; exige cierta condicionalidad; se espera que la actitud de cambio venga de los demás, en vez de responsabilizarse de sí mismos.
  • Falacia de razón: presuponer ser poseedores de la verdad absoluta obviando opiniones ajenas; creen que sus opiniones y acciones son las correctas y válidas e intentaran continuamente demostrarlo así mismos o a los demás con argumentos elaborados pero falaces; no toleran equivocarse y harán todo lo posible para evitarlo.
  • Falacia de recompensa divina: se espera que en un futuro los problemas mejoren por sí solos sin tomar una actitud proactiva; o que seremos recompensados de alguna forma.

A manera de conclusión, queda el entendimiento de que se nace con la vulnerabilidad hacía la adicción, pero el desarrollo de la dependencia suele ser un proceso, en donde el consumo compulsivo a pesar de las consecuencias adversas es la punta del icebreg, de un problema que subyace y que debe ser tratado para revertir los procesos de deterioro. En Punto de Partida, contamos con un tratamiento multidisciplinario hecho a la medida de cada persona, con uno de los equipos más preparados y profesionales en el ámbito del tratamiento de adicciones.

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